martes, 12 de abril de 2016

EL CASTRO DE LA CORONA DE HIERRO (PICU LLANZA; MANZANEDA)




El sitio que voy a describir es un poblado fortificado o castro que esta incluido en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias en el B.O.P número 151 de fecha 01/VII/2011 y por lo tanto en el consiguiente estado de abandono total. Considero que es uno de los mejores ejemplos de recinto castreño fortificado de Asturias con un gran potencial al no estar excavado y que podría darse a conocer de manera conjunta con el Abrigo de Las Viñas y el Santuario Rupestre de Berrubia formando un complejo arqueológico de primer orden en el panorama nacional.

Situación geográfica:


El sitio arqueológico se localiza en el municipio de Ribera de Arriba (Asturias) concretamente en la Parroquia de Fresnedo. El castro se localiza en el Picu Arnea una altura que domina toda la sierra situada entre las localidades de Soto del Rey y Manzaneda y conocida como La Corona de Hierro. En la figura nº 1 se puede ver el mapa geográfico de la zona con la indicación de la situación del castro.

Figura nº1: Mapa de situación del castro (SIGPAC) 
Para acceder al castro lo mejor es coger el camino asfaltado que saliendo de Manzaneda lleva hacia Picu Llanza y desde allí por la carretera a Soto del Rey  antes de llegar a Fresnedo en el paraje de La Casuca tomar un camino a la derecha que lleva hasta el Monte Arnea por su vertiente suroccidental la de menor pendiente. Desde Manzaneda o desde Picu Llanza se podría acceder directamente pero hay que salvar una fuerte pendiente y numerosos obstáculos como setos y alambradas por lo que no es recomendable.

Dentro del castro y en su punto más alto, la acrópolis, se encuentra el vértice geodésico 5308 (Arnea)  con las siguientes coordenadas ED 50:

X = 269911,18
Y = 4799420,17
Z = 443,800 m.s.n.m.

En la siguiente fotografía se puede ver el mojón que señala la situación del vértice geodésico desde el que se divisa un espléndido paisaje:

Figura nº 2: Vertice geodésico nº 5308 (Picu Arnea)
Antecedentes:

Hay muy poca bibliografía sobre este castro, solo unos pocos  comentarios en obras de tipo generalista. Según Fanjul y Menéndez (2004) en su obra “El Complejo Castreño de los Astures tramontanos”, el castro fue reconocido y catalogado por J.M. González en 1.951 y algunos materiales estudiados por J.L. Maya y M.A. de Blas.

Se describe como un castro de estructura prácticamente circular, sin restos de foso, y con una muralla de piedras calizas sin argamasa que rodea totalmente al castro. Las principales defensas son las pronunciadas pendientes de sus laderas septentrional y oriental y la presencia de bloques calizos naturales a  modo de “piedras hincadas” en la vertiente sur-suroeste la menos inclinada.

Se  mencionaba que en el interior de la muralla en la zona suroeste se observaban algunos posibles taludes  y las bases de unas posibles estructuras de habitación donde se debió desarrollar la zona de habitación del yacimiento. Tambien se menciona que la acrópolis ocupa la parte central del castro y en ella aparece el substrato calizo.
 
Se pueden reconocer varios pozos de saqueo realizados en busca de tesoros.

Antes de describir el sitio arqueológico expondré, de manera esquemática, que es los que nos podemos encontrar.

Estructura de un castro:

Un castro es una fortificación con planta circular y situada en la cumbre de una colina o elevación prominente que facilita la defensa natural que era completada con terraplenes, parapetos, fosos y murallas. En la siguiente figura (tomada de internet) se puede ver la recreación de un castro con su muralla y las viviendas dentro de ella:

Figura nº 3: Recreación de un castro similar al del Picu Arnea

Figura nº 4: Reconstrucción de una cabaña 
Como se puede ver en la anterior figura dentro de la muralla se encontraban las viviendas, sin mas orden urbanístico que el impuesto por el terreno, las viviendas eran de adobe con un poste central de madera que sostenía un techo de forma cónica hecho de paja y ramas enlucidas con barro para impermeabilizar y con un piso de tierra batida pisada, a partir del siglo I en la época de César y/o Augusto empezó a utilizarse la mampostería en la construcción de las viviendas. La gran mayoría de las viviendas eran de planta circular con unos 6 metros de diámetro y 2 metros de altura, las diferentes viviendas, aunque estaban muy próximas entre si, no estaban adosadas.

Las viviendas solían tener un porche a al entrada y el hogar solía situarse en el centro de la vivienda o adosado a unas de las paredes. En la siguiente figura puede verse una representación gráfica (tomada de A. Patiño) de una típica vivienda de un castro:   

La cultura castreña:

La cultura castreña (del latín castrum) entroncada con la celta, aunque con características muy peculiares tiene su origen en la Edad del Bronce, concretamente en el Bronce Final Atlántico con una etapa inicial que abarcaría desde los años 1.200 a 800 a.C momento en que aparecen los primeros centros urbanos fortificados debido a la necesidad de defenderse de otros grupos humanos.

A parte del año 800 a.C, al comienzo de la Edad de Hierro, la cultura castreña se configura definitivamente, y se divide en tres fases:

El Castreño Inicial: abarca desde el año 800 al 400 a.C, fase en la que aparecen los asentamientos fortificados como aldeas de madera que van evolucionando hacia pequeños centros urbanos.

El Castreño Pleno: se extiende de 400 a.C a el siglo I d.C, un periodo en el que los castros se convierten en verdaderas urbes fortificadas.

El Castreño Final: se desarrolla entre los siglos I y V d.C, ya en pleno dominio suevo, y coincide con la invasión del Imperio Romano durante las guerras cántabras (año 29 a.C). Durante esta fase los castros se van abandonando poco a poco y la población se desplaza a los valles al afianzarse la “pax romana”, aunque algunos castros continuaron siendo utilizados por los romanos para asentar guarniciones que contralaran la explotación del territorio y las vías de comunicación mas estratégicas

Figura nº 5: Muralla del Castro
Un castro era un elemento de carácter defensivo, situado en zonas abruptas o escarpadas y a ser posible en la confluencia de dos ríos para facilitar la defensa.  El castro estaba rodeado de murallas, normalmente una o dos, y fosos (uno o varios) y parapetos para proteger las zonas más expuestas. La anchura de las murallas variaba entre 1,5 y 5 metros con una altura media de 4 metros (ver figura nº 3).

La organización social de los habitantes de los castros era del tipo gentilicio estructurada en distintas unidades cohesionadas por lazos de sangre. La unidad social más pequeña seria la centuria, cada una de las cuales habitaría un castro y estaría compuesta por unos cien miembros dirigidos por un jefe. Varias centurias constituirían una unidad social superior de segundo orden: la gens y un grupo de estas una unidad de tercer orden: la tribu.

La organización social de los habitantes de los castros era del tipo gentilicio estructurada en distintas unidades cohesionadas por lazos de sangre. La unidad social más pequeña seria la centuria, cada una de las cuales habitaría un castro y estaría compuesta por unos cien miembros dirigidos por un jefe. Varias centurias constituirían una unidad social superior de segundo orden: la gens y un grupo de estas una unidad de tercer orden: la tribu.

En la siguiente figura tomada de la página Historia de Asturias.com se puede ver la distribución de las diferentes tribus en el territorio de Asturias. Como se puede ver en la zona del Castro de La Corona de Hierro habitaba la tribu de los Luggones.
Figura nº 6: Tribus de astures
Las relaciones sociales dentro del castro se ajustaban a unas normas comunes a todos los pueblos con organización gentilicia. Cada pueblo debía de tener su propia divinidad y las fiestas y sacrificios eran celebrados en común. Los crímenes y atentados contra el derecho gentilicio eran castigados mediante lapidación que se realizaba fuera del territorio de la centuria para no cometer parricidio el resto de la comunidad.  

Cada castro tenia a su alrededor tierras que eran propiedad de la comunidad y de cuyos productos vivían. La explotación de la tierra se realizaba mediante una agricultura incipiente desempeñada por mujeres, niños y ancianos siendo el principal cultivo cereales resistentes como el mijo, la avena y la cebada con la que hacían cerveza, así como leguminosas (fabes) y hortalizas. Tenían una ganadería también muy básica orientada en la crianza de animales que no necesitaban cuidados especiales como los cerdos y las cabras. También era muy importante el aprovechamiento de los bosques de los que obtenían madera para las casas, frutos como las avellanas, nueces, bellotas y castañas con las que hacían boroñas y en los que se practicaba la caza y la pesca fluvial y marítima.

El gran numero de castros existente se explicaría por la gran fragmentación de los grupos gentilicios y por la gran atracción que ejerció esta región sobre otras zonas de la península debido a la sequia que sufrió la Meseta durante la Edad del Bronce y que obligo a una migración hacia las zonas del Noroeste más húmedas y ricas en recursos naturales y los codiciados metales principalmente oro y estaño. Esta dispersión castreña se puede observar en la zona de Ribera de Arriba donde en un radio de 5 kilómetros hay 7 castros, todos situados a una cota que permiten la visualización entre ellos, tal como se puede ver en las fotografías de las figuras nº 7 y 8:

NOMBRE DEL CASTRO
SITUACION GEOGRAFICA
DISTANCIA
PICU ARNEA
X
Y
Z
PARAJE
Corona de Hierro
269920
4799425
444
Picu Llanza
---- metros
Cuetu del Castro
269855
4798190
308
Sardín
1.230 metros
Picu Castiellu
272066
4798730
449
Olloniego
2.300 metros
Picu Castiellu
264220
4798190
500
La Carrera
5.700 metros
Picu Castiellu
263085
4790260
460
La Mortera
6.840 metros
Picu Les Pedreres
262160
4798693
421
Llavareyos
7.750 metros


Figura nº 7: El Castro del Picu Castiellu desde el Castro de La Corona de Hierro
Figura nº 8: El Picón (Manzaneda)
En la catalogación del Gobierno del Principado de Asturias se menciona de la existencia de otro castro en el Paraje de La Viña en Manzaneda, pero sin ninguna otra información sobre el mismo, revisando la cartografía supongo que podría haber estado en el Picón la zona mas apta para el emplazamiento de un recinto fortificado pero la zona esta muy urbanizada y en fotografía aérea no se reconoce, claramente, ningún indicio arqueológico de su existencia (muralla, fosos,....)

En la fotografía de la figura nº 8 se puede ver el aspecto que presenta El Picón desde el Picu Arnea. En principio no parece un mal emplazamiento para un castro. 

En el mapa de la figura nº 9 se puede apreciar el gran numero de castros catalogados en la zona de Soto de Ribera-Olloniego-Manzaneda:



Figura nº 9: Castros catalogados en la zona 

Descripción del Castro de Picu Llanza o de la Corona de Hierro:

El Castro de La Corona de Hierro situado en la cima del Picu Arnea ocupaba una situación geográfica privilegiada controlando visualmente un extenso territorio que abarcaba hasta la Sierra del Naranco (Oviedo) por el Norte, la Sierra del Aramo por el Oeste, todo el valle del Río Nalón (Santianes, Tudela Agüería, …) por el Este y los montes de la Sierra de Lagos y Sierra del Fayéu (El Padrun-Mieres) por el Sur.

Figura nº 10: Oviedo y la Sierra del Naranco desde la muralla del castro. En primer término Picu Llanza.
Figura nº 11: El Camino de Santiago en Manzaneda
Además de visualizar un extenso territorio se controlaba directamente el paso por la vía romana que iba de Asturica Augusta (Astorga) a Lucus Asturum (Lugones) que posteriormente formaría parte del Camino de Santiago y fue la principal vía de comunicación con León hasta la apertura de la Carretera de Castilla por la Manzaneda. 

En la fotografía de la derecha se puede ver el estado actual del Camino de Santiago a su paso por Manzaneda. Su trazado y la situación de los castros se puede apreciar en el  mapa de la figura nº 12:



Figura nº 12:  Situación de los castros respecto al trazado del Camino de Santiago.
En la siguiente fotografía se puede ver la vista que el Castro de La Corona de Hierro tenia sobre esta vía de comunicación  concretamente sobre el tramo donde el camino, que tras atravesar el Padrún por Olloniego, cruzaba el Río Nalón en el Portazgo:

Figura nº 13: El Padrún, Olloniego y El Portazgo desde el Picu Arnea.
De los cuatros castros que controlaban el paso del Río Nalón el de la Corona de Hierro es el mejor conservado, el castro del Picu Castiellu esta muy alterado por la remodelación que sufrió para convertirlo en fortaleza medieval (ver el articulo sobre el Castillo de Tudela en este mismo blog), el de El Cueto de Sardín esta muy deteriorado al igual que el de La Viña.

Figura nº 14: La Corona de hierro (Picu Arnea)

Se trata de un típico castro de interior compuesto por recinto amurallado cuyo anillo defensivo o “corona” aún se puede distinguir perfectamente hoy en día (2.000 años después) en las ortofotos aéreas como se puede apreciar en la ortofoto de la figura nº 15.   

El Castro de Picu Llanza o de La Corona de Hierro tiene una forma circular con un radio de 40 metros y una superficie de 5.000 m2 ocupando la parte mas alta del Picu Arnea tal como se puede ver en las siguientes fotografías (figuras nº 14 y 15) en la que se puede apreciar de donde procede el topónimo: “corona” con el que se conoce a muchos castros: porque aparecen “coronando” las cimas de algunas montañas .

Es un castro de un tamaño bastante normal, no tiene el tamaño de los grandes recintos del occidente asturiano como Coaña. 





Figura nº 15: Ortofoto con la "corona" del Picu Arnea (Fuente: IMap)
El recinto esta fortificado mediante una muralla de piedras calizas, seleccionadas pero poco o nada trabajadas, con tamaños que van desde bloques a piedras, colocadas sin ningún tipo de trabazón (argamasa, …) como se puede observar en la fotografía de la figura nº 11 correspondiente al sector de la muralla orientado hacia Manzaneda. Debido a su grado de destrucción su altura original es desconocida, pero podría haber llegado a los 3-4 metros como ocurre en otros castros.

Figura nº 16: Detalle del lienzo de la muralla en el sector NE.
Su espesor de la muralla es variable de 1 a 2 metros tal como se puede apreciar en la siguiente fotografía, correspondiente a la parte del lienzo que da hacia el SW hacia Sardín y la Sierra del Aramo cuyas nieves se puede apreciar al fondo:    

Figura nº 17: La muralla en el sector SW. En primer término Jardín, al fondo la Sierra del Aramo. 
No he observado la presencia de ninguna estructura que pudiera haber correspondido a un foso de defensa. En este castro la medida de defensa complentaria a las murallas seria del tipo de “piedras hincadas”, solo que en este caso la estructura defensiva es natural, tal como se puede ver en la siguiente fotografía y esta constituida por un lapiaz en calizas muy desarrollado como se puede ver en la ortofoto de la siguiente figura:
Figura nº 18: Lapiaz funcionando como barrera de "piedras hincadas"
El acceso al recinto amurallado no se ve claramente sobre el terreno, pero pienso que seria por la vertiente meridional del monte, la menos abrupta. En la siguiente imagen se puede ver la ortofoto (Imap) con la situación del que creo era el camino de acceso al castro:

Figura nº 19: Ortofoto con el camino de acceso al castro
El actual camino por La Casuca lleva hasta el inicio una senda excavada en la roca  que conduce a la cima de la montaña por la única parte practicable su ladera SE. En la siguiente fotografía se puede ver esta senda ya casi perdida:

Figura nº 20: Antigua senda excavada en la roca
Una acumulación de piedras al borde de la senda de acceso al recinto fortificado podría ser indicativa de la posible existencia de una torre o baluarte que controlara el camino de acceso antes de llegar de la puerta de entrada del castro, tal como se indica en la siguiente fotografía:

Figura nº 21: Accesos al recinto fortificado.
Figura nº 22: Acceso a la muralla?
La puerta de entrada al recinto amurallado no es visible, y a falta de una inspección mas detallada supongo que seria por la cara nororiental del castro donde el lapiaz  esta menos desarrollado, quizás en el punto que se muestra en la siguiente fotografía y en la figura nº 16:

El acceso al castro por las laderas septentrional, oriental y occidental del Picu Arnea es prácticamente  imposible por las abruptas pendientes, mientras que la ladera meridional, menos abrupta, se encuentra cubierta casi completamente por afloramientos rocosos (lapiaz calcáreo) que lo dificultan enormemente.


Respecto a la zona de habitación poco se puede decir, como en el resto de los castros se encontraba dentro del recinto fortificado en las zonas más aplanadas entre la muralla y la acrópolis o croa. No era muy grande, unos 2.000 m2, lo suficiente para albergar una o dos decenas de casas y actualmente se encuentra totalmente cubierta por una densa vegetación. En la siguiente imagen se puede ver la situación de esta zona más llana entre las murallas y la acrópolis

Figura nº 23: Elementos del castro de La Corona de Hierro.
Figura nº 24: Aspecto de la zona de habitación
En la siguiente fotografía se puede ver el aspecto actual de la zona de habitación del castro, entre la muralla y la acrópolis, totalmente cubierta de una espesa vegetación. Se ha mencionado por parte de los descubridores del castro a existencia de unos vestigios de estructuras de habitación sin mayores detalles.

En esta zona llana se pueden ver al menos dos pozos de saqueo, excavados por los buscadores de tesoros del “tiempo de los moros” en la siguiente figura se puede ver la fotografía de uno de ellos:


Figura nº 25: Pozo de saqueo en la base de la acropolis
Figura nº 26: Acrópolis o "croa" del castro

La acrópolis o croa, como en casi todos los castros, ocupa la parte central y mas alta del recinto amurallado y se caracteriza por presentar un afloramiento del substrato rocoso y en el caso del Castro de la Corona de Hierro por el vértice geodésico que marca la parte más alta del Picu Arnea (ver figura nº 2 y la fotografía de la derecha).
He mirado por si se podía ver algún resto arqueológico que documentar pero solo he visto, en el talud de la muralla, un bloque de piedra arenisca cuya litología no se corresponde para nada con las rocas calcáreas del entorno y que sin duda tuvo que ser transportado hasta la cumbre para algún fin

Figura nº 27: Piedra arenisca

Por sus características litológicas (arenisca de cuarzo) debió de utilizarse para algún fin abrasivo: un molino o una piedra de afilar.  En la figura de la derecha (nº 27) se puede ver una fotografía de la mencionada piedra:

Ocupación humana:

Los primeros indicios de presencia humana en la zona datan de hace 100.000 años o más, en el Paleolítico Inferior (Achelense) y se corresponden a industrias líticas encontradas en una terraza fluvial en Sardín y fabricadas por grupos humanos que vivían al aire libre. El enfriamiento del clima por la glaciación Würm obligo a los habitantes de la zona a guarecerse en cuevas como en la del  Abrigo de La Viña en Manzaneda donde esta acreditada una ocupación humana continuada desde el Paleolítico Medio (Musteriense) hace 50.000 años hasta el Paleolítico Superior (Magdaleniense) hace 10.000 años cuando ya no fue necesario cobijarse en cavernas debido al cambio climático del Holoceno.

Figura nº 28: Grabados en forma de herradura
El Neolítico en la zona no esta documentado y quizás el Santuario Rupestre del Picu Berrubia pueda corresponder a este momento. En este sitio, que he descrito y documentado fotográficamente, en una anterior entrada de este blog, aparecen gran cantidad de grabados que incluyen ídolos placa, incisiones, cruciformes, pero sobre todo herraduras como la de la fotografía de la derecha. 

Se desconoce la edad del Santuario Rupestre algunos autores lo consideran claramente prehistórico, mientras que otros consideran que puede estar relacionado con la cultura castreña.

Avanzando cronológicamente los siguientes restos arqueológicos que aparecen en la zona son los castros que se corresponderían ya con la Edad de los Metales: primero agrupamientos humanos (aldeas) durante la Edad del Bronce y después urbes fortificadas durante la Edad del Hierro. La utilización del Castro de La Corona de Hierro puede haberse extendido entre el año 675 a.C una fecha aceptada como el inicio de la cultura castreña y el año 417 d.C fecha de fundación del Reino de Galicia por Hermerico rey de los Suevos. El Castro del Picu Castiellu sin embargo rebaso esa época y se transformo en una fortaleza medieval: el Castillo de Tudela.

Geología:

Para completar esta descripción del castro de la Corona de Hierro haré una mención a la geología de la zona. La zona de Olloniego - Manzaneda se localiza en limite oriental entre la Cuenca Carbonífera Central y la Región de Pliegues y Mantos, concretamente en la Unidad del Aramo, tal como se puede ver en la siguiente figura:

Figura nº 29: Mapa estructural de la Zona Cantábrica con la situación del castro.
En la siguiente figura se puede ver el mapa geológico de la zona (SIGECO) donde se puede apreciar como el Castro de La Corona de Hierro se encuentra en el eje de una estructura sinclinal que se desarrolla de una manera continua desde Siero hasta Quiros   a lo largo de 50 kilómetros. Se trata de un pliegue apretado en cuyo núcleo se encuentran materiales carboníferos y en sus flancos formaciones devónicas aunque durante su trazado el pliegue presenta cabeceos y también esta afectado por el doblamiento de la “rodilla asturiana”.

Figura nº 30: Mapa geológico (Fuente: SIGECO)

En la zona de Picu Llanza el pliegue presenta una orientación NE-SW y un cierre periclinal en Manzaneda. En su núcleo afloran las calizas carboníferas (Caliza de Montaña) de las Formaciones Barcaliente y Valdeteja y en sus flancos los terrenos devónicos de los Grupos Rañeces y La Vid y la Formación Naranco. Entre ambos se sitúan las calizas blancas y rojas de las Formaciones Candamo y Alba.

La serie litoestratigráfica  de más antiguo a más moderno, es la siguiente:

Grupos Rañeces-La Vid del Devónico Inferior (Lochkoviense-Emsiense): formado por dolomías, calizas lutitas y margas. No hay ningún corte claro en la zona debido a su litología se presentan casi siempre cubiertos por praderías y bosques.

Figura nº 31: Pliegue tumbado en las Areniscas del Naranco
Formación Naranco del Devónico Medio (Eifeliense-Givetiense): formada por areniscas rojas y pizarras como en el caso anterior afloran muy mal estando casi siempre cubiertas por la vegetación. En la fotografía de la siguiente imagen se puede ver una pequeño pliegue desarrollado en este tipo de materiales.

Formación Candamo o Baleas del Transito Devónico Superior- Carbonífero (Fameniense-Tournasiense): calizas grises claras bioclásticas recristalizadas., finamente estratificadas y laminadas scuras a negras con intecalaciones de margase la ", recristalizadas

Figura nº 32: Cantera de Manzaneda (Caliza de Montaña)
Formación Alba o Genicera del Carbonífero Inferior (Tournasiense – Nanuriense A): mas conocida como “caliza griotte” y esta compuesta de calizas nodulosas rojizas con intercalaciones de pizarras y radiolaritas rojas. Presentan fósiles de goniatites.

Formación Barcaliente del Carbonífero Inferior (Namuriense A o Serpukhoviense): esta formación junto a la suprayacente Formación Valdeteja es lo que clásicamente se ha denominado “Caliza de Montaña”. Esta formada por calizas micríticas oscuras a negras, fétidas, finamente estratificadas y laminadas. La antigua cantera de Manzaneda (ver fotografía de la siguiente figura) explotaba las calizas de esta formación geológica.

Formación Valdeteja del Carbonífero Inferior (Namuriense B):  calizas claras masivas con fauna y flora marina variada. Las canteras de Tudela Veguín explotan calizas de esta formación.

En la siguiente figura se puede ver la columna estratigráfica del Devónico – Carbonífero de la zona de Picu Llanza:

Figura nº 33: Columna litoestratigráfica del MAGNA (Fuente IGME)
En la siguiente figura se puede ver el corte geológico transversal a las principales estructuras tectónicas de la zona incluyendo el pliegue sinclinal de Picu Llanza y el contacto por cabalgamiento del Devónico con el Carbonífero Superior. He proyectado en el corte la situación de los principales sitios arqueológicos descritos.
 
Figura nº 34: Corte geológico (Fuente IGME)

Figura nº 35: Detalle del lapiaz debajo de la muralla
En la subida al Picu Arnea podremos ver varias estructuras geomorfológicas kársticas típicas: en torno al Castro de La Corona de Hierro y sobre todo en la ladera SE (ver fotografía de la figura nº 15) se desarrolla una forma erosiva conocida como “lapiaz” que se origina por la acción de las aguas escorrentía sobre la superficie de las rocas calcáreas produciendo oquedades, tabiques, acanaladuras y estrías cortantes.

El camino de La Casuca finaliza en un buen ejemplo de una “dolina de embudo” que es una depresión del terreno de origen kárstico que, como se puede ver en la siguiente fotografía, puede estar rellena de tierra rojiza procedente de la meteorización de las calizas y aprovechada para pastos.

Figura nº 36: Dolina, al fondo La Sierra del Aramo.