miércoles, 18 de septiembre de 2013

NUEVO PETROGLIFO EN TUDELA DE AGÜERIA




ANTECEDENTES.
En mi anterior post en este mismo foro describí los grabados rupestres del Picu Berrubia en Tudela de Agüeria (Asturias). Destaca esta estación rupestre por la gran cantidad de grabados en forma de herradura que contiene. Otros autores han descrito grabados similares en otras estaciones rupestres de España. Estos grabados son un gran misterio que no tiene explicación aunque para sus autores debían de tener un hondo e importante significado debido a su profusión y a la variedad y dispersión de las localizaciones geográficas en las que aparecen.

Figura nº 1: Petroglifos en forma de herradura en el Picu Berrubia (Imagen de Miguel Angel de Blas Cortina)

Miguel Ángel de Blas Cortina considera que las herraduras de Berrubia tienen una fuerte personalidad temática y un alto grado de esquematización, remarcando la libertad de cada figura que no esta supeditada a las restantes. Así mismo remarca que tienen una distribución geográfica distinta del grupo de petroglifos gallego-atlánticos. Este autor considera que las herraduras están ligadas al fenómeno megalítico por su asociación a estructuras dolménicas, su aparición en rocas al aire libre puede corresponder a un momento posterior en una época de expansión. Cronológicamente considera que fueron realizadas dentro del primer milenio llegando a alcanzar la época romana, pues en el Noroeste peninsular la tradición megalítica llega hasta bien entrada la Edad de hierro.

En el siguiente mapa se puede apreciar el área de influencia el megalitismo europeo plenamente coincidente con el área geográfica donde se localizan petroglifos en forma de herradura:

Figura nº 2: Distribución del megalitismo europeo (Imagen de Jorge Oliveira)
 Anati (1968) fue el primero en considerar que los grabados en herradura eran de la Edad del Hierro basándose en la evolución de petroglifos más complejos y naturalistas hacia modelos más simples y abstractos.


En Junio de este año publique en la web Terrae Antiqvae la descripción de un petroglifo nuevo. Este petroglifo con forma de herradura ha resultado ser más importante de lo que en un principio pensé y ha sido catalogado como un posible ídolo placa que esta siendo estudiado por especialistas en la materia.



DESCRIPCION DEL HALLAZGO.

En una de mis excursiones a los Montes de Tudela, me llamo la atención un grabado que había en un bloque de areniscas que estaba suelto en el paraje de Les Escovadielles. Con el fin de evitar su posible destrucción o pérdida me lleve el soporte con el grabado y, tras comunicarlo a Consejeria de Cultura del Gobierno del Principado de Asturias lo entregue al Museo Arqueológico de Asturias.

El punto exacto del hallazgo fue el siguiente (ver mapa de la figura nº 3):

X =   273500
Y = 4798421
Z =   550 m.s.n.m.


Figura nº 3: Ortofoto con la situacion del punto de hallazgo.
 El grabado esta en un bloque de arenisca blanda (grauwacka) y a diferencia de las herraduras, que abundan en la zona, en este caso la talla es más compleja, pues lo que se realiza, mediante incisiones con un objeto más duro (metal o piedra), es un resalte en forma de U, dejando en el interior otro resalte deteriorado en el que se aprecian dos claras incisiones.

Figura nº 4: Vista del bloque petreo que sirve de soporte al grabado

En la siguiente imagen se puede ver ina vista lateral del grabado con una escala para una mejor apreciación de sus dimensiones.
 
Figura nº 5: Dimensiones del grabado

En la siguiente imagen se puede ver una fotografía tomada desde la parte superior del bloque que sirve de soporte al grabado.


Figura nº 6: Vista del grabado desde su parte superior

La opinión del arqueólogo del Museo Arqueológico de Asturias es que se trata de un ídolo placa realizado con la técnica del devastado y talla con un puntero.

En la siguiente fotografía (Figura nº 7) se puede apreciar que, en su base, el ídolo presenta una serie de 4 incisiones, además de las dos que presenta en su zona central y que se pueden apreciar perfectamente en la fotografía de la figura anterior (nº 5).
 

Figura nº 7: Imagen del grabado en posición invertida para una mejor visión de las incisiones.
He realizado un repaso a la bibliografía existente en Internet sobre el significado de los grabados en forma de herradura, a continuación expongo los estudios que he considerado más interesantes, a los que consideran que son patadas del Caballo de Santiago, de Babieca o de la Borrica de Nuestro Señor no les he dado ningún crédito.



Limite de términos: Según el blog de Andregoto Galindez (sic): "Terminus si ungulam equi sculptam habuerit, terminum cursorium significat, et usque in fontem mittit, et ipse fons trifinium facit" (Latinus Togatus). Si una piedra de término tiene grabada una herradura, es una piedra de término con símbolos, e indica que hay una fuente que forma un trifinium. Desconocemos desde cuándo el símbolo parecido a la huella de un caballo o signo en U se usaba para señalar fuentes que a su vez limitaban territorios. El testimonio nos llega de un agrimensor romano, pero el sistema de señales puede ser anterior. Lo llamativo es que la piedra no es propiamente el límite, sino que en ella se inscriben símbolos o primitivos mensajes que remiten al verdadero término, que en este caso es una fuente próxima.

Elementos decorativos: D. Santiago Carretero Vaquero, en su estudio sobre al cerámica del campamento romano del Ala II Flavia en Petavonium, nos informa sobre la existencia, dentro de la cerámica de tradición astur, de unos motivos ornamentales con forma de herradura, que parece atribuir al siglo I de nuestra era: “Tipo E.V: decoración de herraduras o lúnulas. Es un tipo ornamental escasamente representado -sólo 4 fragmentos- y tiene como común denominador la presencia de unos elementos ultrasemicirculares dispuestos de manera aislada, en posición tanto horizontal como vertical, que adquieren una fisonomía más parecida a la de una herradura que a la de un cuarto creciente lunar. Aparece siempre asociado a hileras horizontales u oblicuas de mamelones o perlas de distinto tamaño y, por lo demás, el resto de los componentes que pueden compartir el espacio decorativo varían notablemente, de tal manera que cada fragmento recuperado, cuya superficie conserva la suficiente entidad para apreciar su composición, puede decirse que posee un esquema decorativo diferente.

 
Figura nº 8: Fragmento de ceramica astur con herraduras (imagen del blog En el Angulo Oscuro)
Hierofanias: En el nº 30 de la Revista Ilicitana de Paleontología y Mineralogía (Cidaris) he encontrado un articulo sobre la necrópolis de Revenga en Burgos en el que se describen petroglifos seminaturistas que simulan icnitas de animales, entre ellos tres herraduras, que asocian a icnohierofanias vinculadas con manifestaciones de la sagrado.


Ídolos: El carácter idolátrico que para todos los pueblos celtas tuvo la luna, está ampliamente documentado. En este sentido, Estrabón nos dice:"...los celtíberos y otros pueblos que lindan con ellos por el norte adoran a una divinidad innominada a la que las familias rinden culto danzando hasta el amanecer en las noches de luna llena.". Por otra parte, la doctora G. López Monteagudo afirma que: "La simbología lunar, acompañada de otros motivos astrales, es muy frecuente en las estelas funerarias que se prodigan por toda la Hispania celta y que también aparecen en muchas regiones de la Galia y Britania....Testimonios de cultos astrales, y quizá al mismo tiempo funerarios, hay que ver en las cazoletas y signos geométricos tan frecuentes en peñas y piedras de Galicia y de la Meseta, que aparecen a veces en relación con caballos,...."
Este último significado es el que considero más probable, por ello entrare en detalles sobre el tema: se trata de un grupo de petroglifos constituido por ídolos armados y se encuadra en una etapa que la periodización convencional denomina Calcolítico final/Bronce antiguo. Se pueden diferenciar en él dos conjuntos diferentes, ambos indudables transmisores de ideología intra e intergrupal.
El primero de ellos y más conocido es el que se plasma en las representaciones “de tipo Peña Tú”, compuesto, fundamentalmente, por las figuraciones del abrigo epónimo (Puertas de Vidiago, Asturias) (Bueno y Fernández-Miranda, 1981),otros son los ortostatos de Sejos (Mancomunidad de Campoo-Cabuérniga, Cantabria) (Bueno, 1982; Bueno, Piñón y Prados, 1985; Teira y Ontañón, 2000a), la lastra del Hoyo de la Gándara (Garabandal, Cantabria) (Saro y Teira, 1992), la estela de Tabuyo del Monte (León) (Almagro Basch, 1972) y el reciente hallazgo de Outeiro do Corno (La Coruña) (Fábregas et Al., 2004).
A lo largo y ancho de toda la península ibérica aparecen petroglifos que se consideran ídolos rupestres que presentan varias características comunes una de ellas las que están enmarcados dentro de una U, los principales y mas conocidos son los siguientes:

 Ídolo de Tabuyo del Monte (León) de un estilo muy similar al de Peña Tú se le ha datado como de la edad del bronce1.800 a.c.


Figura nº 9: Imagenes del Idolo de Tabuyo del Monte

Ídolo de Peña Tú (Llanes, Asturias):

Hernández - Pacheco y Cabré hacen la siguiente descripción del ídolo:
La figura mide un metro por 62 centímetros de anchura máxima. La figura está primero grabada profundamente, y encima de la línea del grabado pintada en rojo oscuro, completando ciertos detalles únicamente la pintura. Claramente se aprecia la línea continuada del contorno, en forma de herradura, de ramas muy alargadas y unidas en sus extremos inferiores por una línea transversal. Concéntricas é interiores al contorno, existen dos líneas que guardan siempre entre sí igual distancia relativa, pero de las cuales, la intermedia, sólo ofrece la curva superior y las dos ramas verticales que terminan en la transversal inferior del contorno, mientras que la interna es concéntrica ó paralela por completo á todas las partes del contorno. Entre la línea externa y la intermedia existe una serie de trazos ligeramente oblicuos y paralelos entre sí, los cuales faltan en la porción superior encorvada. Entre la intermedia y la interna hay un relleno constituído por una línea continua en zigzág, y en el espacio que que da en la parte inferior de 1a figura, entre las líneas interna y externa, se señalan hacia el lado izquierdo cuatro trazos divergentes. En el sitio que circunda la línea interior, hay que distinguir dos partes: la superior y la inferior, ocupando la primera una tercera parte de la extensión total. Aparece la parte superior en fígura de arco, acentuado por otras dos líneas concéntricas con las exteriores y que no llegan a una barra transversal que separa ambas partes; entre el contorno interno y la primera de las líneas concéntricas, existe una serie de trazos radiantes. La curva en arco más interior envuelve dos pequeños círculos situados simétricamente a un corto trazo vertical entre ellos. La parte inferior está dividida por seis líneas horizontales en siete espacios, entre los cuales se aprecian más ó menos claramente trazos verticales que los rellenan. La región infero-lateral derecha de la parte inferior de la figura es la menos conservada por los ataques de la intemperie y la mano del hombre. Finalmente, la figura presenta en todo lo alto y hacia afuera de la línea externa del contorno una serie de trazos cortos radiantes. No todas las líneas están á la vez grabadas y pintadas, sino que hay algunas, como los trazos radiantes y líneas de la parte inferior, tan sólo pintadas.
Una de las figuras que más llaman la atención en la peña es la situada junto al ídolo. Se distingue de éste por estar tan sólo grabada, sin pintura alguna, siendo como en el ídolo, muy profundas y anchas las líneas del contorno. Mide una longitud total de 63 centímetros por 13 de anchura máxima, y por su forma recuerda mucho la de un puñal. La hoja es ancha, de forma triangular alargada, de tal modo que su anchura máxima es la cuarta parte de la longitud. A partir de la mitad de la hoja, y hacia la punta, se señala simétricamente en ambos lados una ligera convexidad que no llega al extremo del instrumento. El mango es corto y grueso, de contorno redondeado, teniendo la parte que destaca de la hoja una longitud tan sólo superior en una cuarta parte á la anchura máxima; por sus dimensiones relativas, este mango quedaría encerrado en la mano al empuñarlo. En la figura destacan cinco puntos pintados en rojo, formando el conjunto de ellos un arco concéntrico con el borde superior de la hoja; puede suponerse que se quiso con estos puntos representar los clavos remachados que en los puñales de la época unían el mango á la hoja; puntos que no pueden confundirse con los otros que existen en la composición general por la individualidad manifiesta de ellos.


Figura nº 10: El Idolo de Peña Tú (Imagen de Juan Luis Menendez)

Ídolos de Sejos (Cantabria): Se localizan en un campo de menhires y son del mismo estilo que los dos anteriores:

Figura nº 11: Imagen de los Idolos de Sejos (Cantabria) Teira y Antañon, 2000.
Tal como se aprecia en las anteriores imágenes hay que excluir la posibilidad de una mera redundancia simbólica en la configuración de este grupo iconográfico, el vasto espacio de identificación ideográfica que define pone de manifiesto la existencia, si no de una total identidad sociocultural, sí de una cierta comunidad conceptual extendida sobre un dilatado territorio del norte peninsular. Parece factible, proponer la existencia de una cierta “universalidad” de significado en el marco de una amplia comunidad cultural. Una colectividad simbólica que desborda largamente las unidades de poblamiento local y que, por tanto, implicaría probablemente la participación de un buen número de células primarias de organización social en un ámbito común y supracomunitario de adscripción cultural y, seguramente, social. Esta hipótesis, de ser acertada, constituiría un magnífico ejemplo de definición de un espacio geográfico y social en la Prehistoria reciente cantábrica. Un proceso que tendría en las estructuras megalíticas neolíticas sus primeras manifestaciones evidentes y que culmina ahora, transformándose, con estos hitos indicadores de un nuevo universo simbólico, referidos a la expansión de un nuevo orden social. Esta hipótesis podría aceptarse, pues, como argumento en favor del reconocimiento, a fines del III milenio a.C., de un nivel de agregación y organización cultural y social netamente superior al de la simple comunidad doméstica.


En la siguiente figura intento resumir en una imagen lo anteriormente expuesto.

Figura nº 12: Fotomontaje comparativo de los distintos ídolos - placa


En esta fotocomposición no he utilizado el Ídolo de Hoyo de Gándara (Cantabria) por no disponer de ninguna imagen de buena calidad del mismo, peor debo de indicar que es del mismo estilo que los anteriores y que Jose Amalio Saro y Luis Cesar Teira (CSIC) consideran del inicio de la Edad del Bronce (siglos XVIII y XVII antes de nuestra era).

He de indicar que grabados rupestres en forma de herradura muy simplificados que aparecen en numerosas localizaciones en Asturias, Castilla y León y Galicia. Y son de destacar los descritos en el articulo “Una Iconografía rupestre del comienzo de la Edad de los Metales en torno al pantano del Ebro” de Ramón Bohigas Roldán et al. se trata de una serie de grabados rupestres de siluetas antropomorfas muy simplificadas cuyo limite perimetral es una ancha y profunda incisión en U obtenida mediante un proceso de abrasión. Estas siluetas que se localizan en el Término Municipal de Las Rozas, están asociadas a un ídolo similar al de Peña Tú y a cazoletas. 

Figura nº 13: Imagen de un calco del friso de Peña Lostroso (las Rozas)

Y  también son de destacar los grabados rupestres, muy simples, en forma de U invertida o herradura que aparecen en Cerdeña.

 
Figura nº 14: Grabados rupestres en forma de herradura en Cerdeña.

CONCLUSIONES:

El petroglifo encontrado en el yacimiento arqueológico del Picu Berrubia y que he detallado en este post, debe enmarcarse dentro del conjunto de ídolos rupestres del tipo geométrico como los descritos anteriormente. Este petroglifo constituiría un paso intermedio entre estos ídolos rupestres y los grabados en forma de herradura tan abundantes en esta y otras estaciones arqueológicas.

Finalmente no puedo dejar de mencionar la más famosa herradura existente en un monumento megalítico, de la que adjunto una imagen en la siguiente figura, por si pudiera tener alguna relación con lo anteriormente expuesto y pudieran relacionarse, como parece sugerir el mapa de la figura nº 2.


Figura nº 15: La Gran Herradura del conjunto megalítico de Stonehenge (Dibujo de Sergio Martin)