El sitio que voy a describir es un poblado fortificado o castro que
esta incluido en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias en el B.O.P
número 151 de fecha 01/VII/2011 y por lo tanto en el consiguiente estado de
abandono total. Considero que es uno de los mejores ejemplos de recinto castreño fortificado de Asturias con un gran potencial al no estar excavado y que podría darse a conocer de manera conjunta con el Abrigo de Las Viñas y el Santuario Rupestre de Berrubia formando un complejo arqueológico de primer orden en el panorama nacional.
Situación geográfica:
El sitio arqueológico se localiza en el municipio de Ribera de
Arriba (Asturias) concretamente en la Parroquia de Fresnedo. El castro se
localiza en el Picu Arnea una altura
que domina toda la sierra situada entre las localidades de Soto del Rey y
Manzaneda y conocida como La Corona de
Hierro. En la figura nº 1 se puede ver el mapa geográfico de la zona con la
indicación de la situación del castro.
Figura nº1: Mapa de situación del castro (SIGPAC) |
Para acceder al castro lo mejor es coger el camino asfaltado que
saliendo de Manzaneda lleva hacia Picu
Llanza y desde allí por la carretera a Soto del Rey antes de llegar a Fresnedo en el paraje de La Casuca tomar un camino a la derecha
que lleva hasta el Monte Arnea por su
vertiente suroccidental la de menor pendiente. Desde Manzaneda o desde Picu Llanza se podría acceder
directamente pero hay que salvar una fuerte pendiente y numerosos obstáculos
como setos y alambradas por lo que no es recomendable.
Dentro del castro y en su punto más alto, la acrópolis, se
encuentra el vértice geodésico 5308 (Arnea)
con las siguientes coordenadas ED 50:
X = 269911,18
Y = 4799420,17
Z = 443,800 m.s.n.m.
En la siguiente fotografía se puede ver el mojón que señala la
situación del vértice geodésico desde el que se divisa un espléndido paisaje:
Figura nº 2: Vertice geodésico nº 5308 (Picu Arnea) |
Antecedentes:
Hay muy poca bibliografía sobre este castro, solo unos pocos comentarios en obras de tipo generalista. Según
Fanjul y Menéndez (2004) en su obra “El Complejo Castreño de los Astures
tramontanos”, el castro fue reconocido y catalogado por J.M. González en 1.951 y algunos
materiales estudiados por J.L. Maya y
M.A. de Blas.
Se describe como un castro de estructura prácticamente circular,
sin restos de foso, y con una muralla de piedras calizas sin argamasa que rodea
totalmente al castro. Las principales defensas son las pronunciadas pendientes
de sus laderas septentrional y oriental y la presencia de bloques calizos
naturales a modo de “piedras hincadas” en
la vertiente sur-suroeste la menos inclinada.
Se mencionaba que en el
interior de la muralla en la zona suroeste se observaban algunos posibles
taludes y las bases de unas posibles
estructuras de habitación donde se debió desarrollar la zona de habitación del
yacimiento. Tambien se menciona que la acrópolis ocupa la parte central del
castro y en ella aparece el substrato calizo.
Se pueden reconocer varios pozos de saqueo realizados en busca de
tesoros.
Antes de describir el sitio arqueológico expondré, de manera
esquemática, que es los que nos podemos encontrar.
Estructura de un castro:
Un castro es una fortificación con planta circular y situada en la
cumbre de una colina o elevación prominente que facilita la defensa natural que
era completada con terraplenes, parapetos, fosos y murallas. En la siguiente
figura (tomada de internet) se puede ver la recreación de un castro con su
muralla y las viviendas dentro de ella:
Figura nº 3: Recreación de un castro similar al del Picu Arnea |
Figura nº 4: Reconstrucción de una cabaña |
Como se puede ver en la anterior figura dentro de la muralla se
encontraban las viviendas, sin mas orden urbanístico que el impuesto por el
terreno, las viviendas eran de adobe con un poste central de madera que
sostenía un techo de forma cónica hecho de paja y ramas enlucidas con barro
para impermeabilizar y con un piso de tierra batida pisada, a partir del siglo
I en la época de César y/o Augusto empezó a utilizarse la mampostería en la
construcción de las viviendas. La gran mayoría de las viviendas eran de planta
circular con unos 6 metros de diámetro y 2 metros de altura, las diferentes
viviendas, aunque estaban muy próximas entre si, no estaban adosadas.
Las viviendas solían tener un porche a al entrada y el hogar solía
situarse en el centro de la vivienda o adosado a unas de las paredes. En la
siguiente figura puede verse una representación gráfica (tomada de A. Patiño) de una típica vivienda de un
castro:
La cultura castreña:
La cultura castreña (del latín castrum)
entroncada con la celta, aunque con características muy peculiares tiene su
origen en la Edad del Bronce, concretamente en el Bronce Final Atlántico con
una etapa inicial que abarcaría desde los años 1.200 a 800 a.C momento en que
aparecen los primeros centros urbanos fortificados debido a la necesidad de
defenderse de otros grupos humanos.
A parte del año 800 a.C, al comienzo de la Edad de Hierro, la
cultura castreña se configura definitivamente, y se divide en tres fases:
El Castreño Inicial: abarca
desde el año 800 al 400 a.C, fase en la que aparecen los asentamientos
fortificados como aldeas de madera que van evolucionando hacia pequeños centros
urbanos.
El Castreño Pleno: se
extiende de 400 a.C a el siglo I d.C, un periodo en el que los castros se convierten
en verdaderas urbes fortificadas.
El Castreño Final: se
desarrolla entre los siglos I y V d.C, ya en pleno dominio suevo, y coincide
con la invasión del Imperio Romano durante las guerras cántabras (año 29 a.C).
Durante esta fase los castros se van abandonando poco a poco y la población se
desplaza a los valles al afianzarse la “pax
romana”, aunque algunos castros continuaron siendo utilizados por los
romanos para asentar guarniciones que contralaran la explotación del territorio
y las vías de comunicación mas estratégicas
Figura nº 5: Muralla del Castro |
La organización social de los habitantes de los castros era del
tipo gentilicio estructurada en distintas unidades cohesionadas por lazos de
sangre. La unidad social más pequeña seria la centuria, cada una de las cuales
habitaría un castro y estaría compuesta por unos cien miembros dirigidos por un
jefe. Varias centurias constituirían una unidad social superior de segundo
orden: la gens y un grupo de estas una unidad de tercer orden: la
tribu.
La organización social de los habitantes de los castros era del
tipo gentilicio estructurada en distintas unidades cohesionadas por lazos de
sangre. La unidad social más pequeña seria la centuria, cada una de las cuales
habitaría un castro y estaría compuesta por unos cien miembros dirigidos por un
jefe. Varias centurias constituirían una unidad social superior de segundo
orden: la gens y un grupo de estas una unidad de tercer orden: la
tribu.
En la siguiente figura tomada de la página Historia de Asturias.com se puede ver la distribución de las
diferentes tribus en el territorio de Asturias. Como se puede ver en la zona
del Castro de La Corona de Hierro habitaba la tribu de los Luggones.
Figura nº 6: Tribus de astures |
Las relaciones sociales dentro del castro se ajustaban a unas
normas comunes a todos los pueblos con organización gentilicia. Cada pueblo debía
de tener su propia divinidad y las fiestas y sacrificios eran celebrados en
común. Los crímenes y atentados contra el derecho gentilicio eran castigados
mediante lapidación que se realizaba fuera del territorio de la centuria para
no cometer parricidio el resto de la comunidad.
Cada castro tenia a su alrededor tierras que eran propiedad de la
comunidad y de cuyos productos vivían. La explotación de la tierra se realizaba
mediante una agricultura incipiente desempeñada por mujeres, niños y ancianos
siendo el principal cultivo cereales resistentes como el mijo, la avena y la
cebada con la que hacían cerveza, así como leguminosas (fabes) y hortalizas.
Tenían una ganadería también muy básica orientada en la crianza de animales que
no necesitaban cuidados especiales como los cerdos y las cabras. También era
muy importante el aprovechamiento de los bosques de los que obtenían madera
para las casas, frutos como las avellanas, nueces, bellotas y castañas con las
que hacían boroñas y en los que se practicaba la caza y la pesca fluvial y marítima.
El gran numero de castros existente se explicaría por la gran
fragmentación de los grupos gentilicios y por la gran atracción que ejerció
esta región sobre otras zonas de la península debido a la sequia que sufrió la
Meseta durante la Edad del Bronce y que obligo a una migración hacia las zonas
del Noroeste más húmedas y ricas en recursos naturales y los codiciados metales
principalmente oro y estaño. Esta dispersión castreña se puede observar en la zona de Ribera
de Arriba donde en un radio de 5 kilómetros hay 7 castros, todos situados a una
cota que permiten la visualización entre ellos, tal como se puede ver en las fotografías de las figuras nº 7 y 8:
NOMBRE
DEL CASTRO
|
SITUACION
GEOGRAFICA
|
DISTANCIA
PICU
ARNEA
|
|||
X
|
Y
|
Z
|
PARAJE
|
||
Corona de Hierro
|
269920
|
4799425
|
444
|
Picu Llanza
|
---- metros
|
Cuetu del Castro
|
269855
|
4798190
|
308
|
Sardín
|
1.230 metros
|
Picu Castiellu
|
272066
|
4798730
|
449
|
Olloniego
|
2.300 metros
|
Picu Castiellu
|
264220
|
4798190
|
500
|
La Carrera
|
5.700 metros
|
Picu Castiellu
|
263085
|
4790260
|
460
|
La Mortera
|
6.840 metros
|
Picu Les Pedreres
|
262160
|
4798693
|
421
|
Llavareyos
|
7.750 metros
|
Figura nº 8: El Picón (Manzaneda) |
En la catalogación del Gobierno del Principado de Asturias se menciona de la existencia de otro castro en el Paraje de La Viña en Manzaneda, pero sin ninguna otra información sobre el mismo, revisando la cartografía supongo
que podría haber estado en el Picón la zona mas apta para el emplazamiento de un recinto fortificado pero la zona esta muy urbanizada y en
fotografía aérea no se reconoce, claramente, ningún indicio arqueológico de su existencia (muralla, fosos,....)
En la fotografía de la figura
nº 8 se puede ver el aspecto que presenta El Picón desde el Picu Arnea. En principio no parece un mal emplazamiento para un castro.
En el mapa de la figura nº 9 se puede apreciar el gran numero de castros
catalogados en la zona de Soto de Ribera-Olloniego-Manzaneda:
Figura nº 9: Castros catalogados en la zona |
Descripción del Castro de Picu Llanza o de la Corona de Hierro:
El Castro de La Corona de
Hierro situado en la cima del Picu
Arnea ocupaba una situación geográfica privilegiada controlando visualmente
un extenso territorio que abarcaba hasta la Sierra del Naranco (Oviedo) por el
Norte, la Sierra del Aramo por el Oeste, todo el valle del Río Nalón (Santianes,
Tudela Agüería, …) por el Este y los montes de la Sierra de Lagos y Sierra del
Fayéu (El Padrun-Mieres) por el Sur.
Figura nº 10: Oviedo y la Sierra del Naranco desde la muralla del castro. En primer término Picu Llanza. |
Figura nº 11: El Camino de Santiago en Manzaneda |
En la fotografía de la derecha se puede ver el estado actual del Camino de Santiago a su paso por Manzaneda. Su trazado y la situación de los castros se puede apreciar en el mapa de la figura nº 12:
Figura nº 12: Situación de los castros respecto al trazado del Camino de Santiago. |
En la siguiente fotografía se puede ver la vista que el Castro de
La Corona de Hierro tenia sobre
esta vía de comunicación concretamente sobre el tramo donde el camino, que tras
atravesar el Padrún por Olloniego, cruzaba el Río Nalón en el Portazgo:
Figura nº 13: El Padrún, Olloniego y El Portazgo desde el Picu Arnea. |
De los cuatros castros que controlaban el paso del Río Nalón el de la Corona de Hierro es el mejor
conservado, el castro del Picu Castiellu
esta muy alterado por la remodelación que sufrió para convertirlo en fortaleza
medieval (ver el articulo sobre el Castillo de Tudela en este mismo blog), el
de El Cueto de Sardín esta muy
deteriorado al igual que el de La Viña.
Figura nº 14: La Corona de hierro (Picu Arnea) |
Se trata de un típico castro de interior compuesto
por recinto amurallado cuyo anillo defensivo o “corona” aún se puede distinguir perfectamente hoy en día (2.000
años después) en las ortofotos aéreas como se puede apreciar en la ortofoto de la figura nº 15.
El Castro de Picu Llanza o de La Corona de Hierro tiene una forma circular con un radio de 40 metros y una superficie de 5.000 m2 ocupando la parte mas alta del Picu Arnea tal como se puede ver en las siguientes fotografías (figuras nº 14 y 15) en la que se puede apreciar de donde procede el topónimo: “corona” con el que se conoce a muchos castros: porque aparecen “coronando” las cimas de algunas montañas .
Es un castro de un tamaño bastante normal, no tiene el tamaño de los grandes recintos del occidente asturiano como Coaña.
Figura nº 15: Ortofoto con la "corona" del Picu Arnea (Fuente: IMap) |
El recinto esta fortificado mediante una muralla de piedras calizas,
seleccionadas pero poco o nada trabajadas, con tamaños que van desde bloques a
piedras, colocadas sin ningún tipo de trabazón (argamasa, …) como se puede
observar en la fotografía de la figura nº 11 correspondiente al sector de la
muralla orientado hacia Manzaneda. Debido a su grado de destrucción su altura original
es desconocida, pero podría haber llegado a los 3-4 metros como ocurre en otros
castros.
Figura nº 16: Detalle del lienzo de la muralla en el sector NE. |
Su espesor de la muralla es variable de 1 a 2 metros tal como se
puede apreciar en la siguiente fotografía, correspondiente a la parte del
lienzo que da hacia el SW hacia Sardín y la Sierra del Aramo cuyas nieves se
puede apreciar al fondo:
Figura nº 17: La muralla en el sector SW. En primer término Jardín, al fondo la Sierra del Aramo. |
No
he observado la presencia de ninguna estructura que pudiera haber correspondido
a un foso de defensa. En este castro la medida de defensa complentaria a las
murallas seria del tipo de “piedras hincadas”,
solo que en este caso la estructura defensiva es natural, tal como se puede ver
en la siguiente fotografía y esta constituida por un lapiaz en calizas muy desarrollado como se puede ver en la ortofoto de la siguiente figura:
Figura nº 18: Lapiaz funcionando como barrera de "piedras hincadas" |
El
acceso al recinto amurallado no se ve claramente sobre el terreno, pero pienso
que seria por la vertiente meridional del monte, la menos abrupta. En la
siguiente imagen se puede ver la ortofoto (Imap) con la situación del que creo
era el camino de acceso al castro:
Figura nº 19: Ortofoto con el camino de acceso al castro |
El
actual camino por La Casuca lleva
hasta el inicio una senda excavada en la roca
que conduce a la cima de la montaña por la única parte practicable su
ladera SE. En la siguiente fotografía se puede ver esta senda ya casi perdida:
Figura nº 20: Antigua senda excavada en la roca |
Una
acumulación de piedras al borde de la senda de acceso al recinto fortificado
podría ser indicativa de la posible existencia de una torre o baluarte que
controlara el camino de acceso antes de llegar de la puerta de entrada del
castro, tal como se indica en la siguiente fotografía:
Figura nº 21: Accesos al recinto fortificado. |
Figura nº 22: Acceso a la muralla? |
La
puerta de entrada al recinto amurallado no es visible, y a falta de una
inspección mas detallada supongo que seria por la cara nororiental del castro donde el lapiaz esta menos desarrollado, quizás en el punto que se muestra en la siguiente fotografía y en la figura nº
16:
El
acceso al castro por las laderas septentrional, oriental y occidental del Picu Arnea es prácticamente imposible por las abruptas pendientes, mientras que la ladera
meridional, menos abrupta, se encuentra cubierta casi completamente por afloramientos rocosos (lapiaz calcáreo)
que lo dificultan enormemente.
Respecto
a la zona de habitación poco se puede decir, como en el resto de los castros se
encontraba dentro del recinto fortificado en las zonas más aplanadas entre la
muralla y la acrópolis o croa. No era muy grande, unos 2.000 m2, lo
suficiente para albergar una o dos decenas de casas y actualmente se encuentra
totalmente cubierta por una densa vegetación. En la siguiente imagen se puede
ver la situación de esta zona más llana entre las murallas y la acrópolis
Figura nº 23: Elementos del castro de La Corona de Hierro. |
Figura nº 24: Aspecto de la zona de habitación |
En la siguiente fotografía
se puede ver el aspecto actual de la zona de habitación del castro, entre la muralla y la acrópolis, totalmente
cubierta de una espesa vegetación. Se ha mencionado por parte de los descubridores del castro a existencia de unos vestigios de estructuras de habitación sin mayores detalles.
En esta zona llana se pueden ver al menos dos pozos
de saqueo, excavados por los buscadores de tesoros del “tiempo de los moros” en la siguiente figura se puede ver la
fotografía de uno de ellos:
Figura nº 25: Pozo de saqueo en la base de la acropolis |
Figura nº 26: Acrópolis o "croa" del castro |
La acrópolis
o croa, como en casi todos los castros, ocupa la parte central y mas alta del
recinto amurallado y se caracteriza por presentar un afloramiento del substrato rocoso y en el caso del Castro de la Corona de Hierro por el vértice geodésico
que marca la parte más alta del Picu Arnea (ver figura nº 2 y la fotografía de la derecha).
He mirado por si se podía ver algún resto arqueológico que documentar pero solo he visto, en el talud de la muralla, un bloque de piedra arenisca cuya litología no se corresponde para nada con las rocas calcáreas del entorno y que sin duda tuvo que ser transportado hasta la cumbre para algún fin
Figura nº 27: Piedra arenisca |
Por sus características litológicas (arenisca de cuarzo) debió de utilizarse para algún fin abrasivo: un molino o una piedra de afilar. En la figura de la derecha (nº 27) se puede ver una fotografía de la mencionada piedra:
Ocupación humana:
Los
primeros indicios de presencia humana en la zona datan de hace 100.000 años o
más, en el Paleolítico Inferior (Achelense)
y se corresponden a industrias líticas encontradas en una terraza fluvial en Sardín
y fabricadas por grupos humanos que vivían al aire libre. El enfriamiento del
clima por la glaciación Würm obligo a
los habitantes de la zona a guarecerse en cuevas como en la del Abrigo de La Viña en Manzaneda donde esta acreditada una ocupación humana
continuada desde el Paleolítico Medio (Musteriense)
hace 50.000 años hasta el Paleolítico Superior (Magdaleniense) hace 10.000 años cuando ya no fue necesario cobijarse
en cavernas debido al cambio climático del Holoceno.
Figura nº 28: Grabados en forma de herradura |
Se desconoce la edad del Santuario Rupestre algunos autores lo consideran claramente prehistórico, mientras que otros consideran que puede estar relacionado con la cultura castreña.
Avanzando
cronológicamente los siguientes restos arqueológicos que aparecen en la zona
son los castros que se corresponderían ya con la Edad de los Metales: primero
agrupamientos humanos (aldeas) durante la Edad del Bronce y después urbes
fortificadas durante la Edad del Hierro. La utilización del Castro de La Corona de Hierro puede
haberse extendido entre el año 675 a.C una fecha aceptada como el inicio de la
cultura castreña y el año 417 d.C fecha de fundación del Reino de Galicia por Hermerico
rey de los Suevos. El Castro del Picu Castiellu sin embargo rebaso esa época y
se transformo en una fortaleza medieval: el
Castillo de Tudela.
Geología:
Para completar esta descripción del castro de la Corona de Hierro haré una mención a la geología de la zona. La zona de Olloniego - Manzaneda se localiza
en limite oriental entre la Cuenca
Carbonífera Central y la Región de
Pliegues y Mantos, concretamente en la
Unidad del Aramo, tal como se puede ver en la siguiente figura:
Figura nº 29: Mapa estructural de la Zona Cantábrica con la situación del castro. |
En la siguiente figura se puede ver el mapa geológico
de la zona (SIGECO) donde se puede
apreciar como el Castro de La Corona de Hierro
se encuentra en el eje de una estructura sinclinal que se desarrolla de una
manera continua desde Siero hasta Quiros
a lo largo de 50 kilómetros. Se
trata de un pliegue apretado en cuyo núcleo se encuentran materiales
carboníferos y en sus flancos formaciones devónicas aunque durante su trazado
el pliegue presenta cabeceos y también esta afectado por el doblamiento de la “rodilla asturiana”.
Figura nº 30: Mapa geológico (Fuente: SIGECO) |
En la zona de Picu Llanza el pliegue presenta una
orientación NE-SW y un cierre periclinal en Manzaneda. En su núcleo afloran las
calizas carboníferas (Caliza de Montaña)
de las Formaciones Barcaliente y
Valdeteja y en sus flancos los terrenos devónicos de los Grupos Rañeces y La Vid y la Formación Naranco. Entre ambos se sitúan
las calizas blancas y rojas de las Formaciones
Candamo y Alba.
La serie litoestratigráfica de más antiguo a más moderno, es la
siguiente:
Grupos Rañeces-La Vid del Devónico Inferior
(Lochkoviense-Emsiense): formado
por dolomías, calizas lutitas y margas. No hay ningún corte claro en la zona
debido a su litología se presentan casi siempre cubiertos por praderías y
bosques.
Figura nº 31: Pliegue tumbado en las Areniscas del Naranco |
Formación Naranco del Devónico Medio
(Eifeliense-Givetiense): formada
por areniscas rojas y pizarras como en el caso anterior afloran muy mal estando
casi siempre cubiertas por la vegetación. En la fotografía de la siguiente
imagen se puede ver una pequeño pliegue desarrollado en este tipo de
materiales.
Formación
Candamo o Baleas del Transito Devónico Superior- Carbonífero (Fameniense-Tournasiense):
calizas grises claras bioclásticas recristalizadas.
Figura nº 32: Cantera de Manzaneda (Caliza de Montaña) |
Formación
Alba o Genicera del Carbonífero Inferior (Tournasiense – Nanuriense A):
mas conocida como “caliza griotte” y
esta compuesta de calizas nodulosas rojizas con intercalaciones de pizarras y
radiolaritas rojas. Presentan fósiles de goniatites.
Formación
Barcaliente del Carbonífero Inferior (Namuriense A o Serpukhoviense): esta
formación junto a la suprayacente Formación
Valdeteja es lo que clásicamente se ha denominado “Caliza de Montaña”. Esta formada por calizas micríticas oscuras a
negras, fétidas, finamente estratificadas y laminadas. La antigua cantera de
Manzaneda (ver fotografía de la siguiente figura) explotaba las calizas de esta
formación geológica.
Formación
Valdeteja del Carbonífero Inferior (Namuriense B): calizas claras masivas con fauna y flora
marina variada. Las canteras de Tudela Veguín explotan calizas de esta
formación.
En
la siguiente figura se puede ver la columna estratigráfica del Devónico –
Carbonífero de la zona de Picu Llanza:
Figura nº 33: Columna litoestratigráfica del MAGNA (Fuente IGME) |
En
la siguiente figura se puede ver el corte geológico transversal a las
principales estructuras tectónicas de la zona incluyendo el pliegue sinclinal
de Picu Llanza y el contacto por cabalgamiento del Devónico con el Carbonífero
Superior. He proyectado en el corte la situación de los principales sitios
arqueológicos descritos.
Figura nº 35: Detalle del lapiaz debajo de la muralla |
En
la subida al Picu Arnea podremos ver varias estructuras geomorfológicas kársticas típicas: en
torno al Castro de La Corona de Hierro y sobre todo en la ladera SE (ver
fotografía de la figura nº 15) se desarrolla una forma erosiva conocida como “lapiaz” que se origina por la acción de
las aguas escorrentía sobre la superficie de las rocas calcáreas produciendo
oquedades, tabiques, acanaladuras y estrías cortantes.
El
camino de La Casuca finaliza en un buen ejemplo de una “dolina de embudo” que es una depresión del terreno de origen
kárstico que, como se puede ver en la siguiente fotografía, puede estar rellena
de tierra rojiza procedente de la meteorización de las calizas y aprovechada
para pastos.
Figura nº 36: Dolina, al fondo La Sierra del Aramo. |